jueves, 5 de enero de 2017

COMENSALÍA.

Nuestra cultura de amontonarnos en ciudades nos inhibe de tan solo saludar a "desconocidos", y nos tranquiliza con algo así como un "egoísmo familiar" ó “individualismo familiar” (para la "familia"…todo, para el “resto”...palabras.)
Con los “desconocidos”, no se admite saludarse, ni mostrar desnudeces externas ni internas, ni ser comensales en una misma mesa. Ser comensales no es comer, es un acto humano de admitir al otro, y de dejarse admitir. De burlarse de la soledad.

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